domingo, 15 de febrero de 2009

Cuando las nubes echan raíces se convierten en árboles

Imagen en negativo de un dibu a tinta china. 30x20 cm. aprox.


Las nubes son viajeras.
Y listas, pues se aprovechan, como las aves migratorias, de las corrientes de aire para desplazarse.
Hay nubes que vuelan bajo y se dejan ver como si estuvieran posando, y las hay altas, más orgullosas y distantes. Cuando son muy cariñosas se te acercan tanto que te nublan la vista, bajan al suelo y, como niebla, te envuelven.
A veces me gusta y a veces no, pero lo suelo echar de menos.


También suelen aparecer y desaparecerse, como por artes mágicas. Se condensan a voluntad de tal manera que donde antes sólo había cielo ahora hay un rebaño de ellas. Cuando se aburren se van con viento fresco, o simplemente se re-evaporan y desaparecen elegantemente, un poco por la puerta de atrás, pero siempre sutilmente y sin llamar la atención.

Las nubes tienden a ser redundantes, por qué si no iban a re-evaporarse.

Cuando una nube se enfada se le nota en la cara, les es muy difícil disimularlo. Se les oscurece la mirada y la sangre se les sube a la cabeza, agrisándolas y ennegreciéndolas. Y hacen muecas llenas de volutas, retorcimientos, espirales y de todo. Hasta resoplan... Si te encuentras con un grupo de nubes enfadadas lo mejor que puedes hacer es resguardarte, porque si no lo más probable es que te escupan y te empapen.
Esto en ocasiones sí me gusta.
Echan miradas asesinas como rayos y como son muy celosas, a veces se las echan entre ellas y a veces se las echan a tierra. Si te pilla una de las últimas, seguramente que será una mirada fulminante.
Yo muchas veces echo miradas asesinas, pero no tan efectivas.

Hay nubes depresivas que pueden pasarse días y días llorando. O se cogen rabietas y te sueltan todo en tromba. O amenazan con contarte la historia de su vida y luego se arrepienten y se callan.
En días despejados puede pasar que sin saber de dónde, te han caído unas gotas de lluvia: son lagrimillas que se le han escapado a una nube y como son vergonzosas, se han re-evaporado.

Volviendo al principio, si hay algo que caracteriza a una nube es su nomadismo, pero ¿qué pasa cuando se cansan de tanto moverse, de tanto no estar en ningún lado?

Es lo que pensaba escribir hoy pero como me he enrollado mucho, lo dejo para otro día.